Certero,
otra vez los
mismos sucesos,
miedo como el
portero,
que tiene delante
al 10 de los presos.
Tetas de plástico tostándose al sol,
de vicio rápido como Usain Bolt,
y es verdad que acabamos con la naturaleza,
cazad como si fueseis de la realeza.
Camisetas de Nba
en cuerpos ciclados,
no saben si Jordan tenía pelo o si estaba rapado,
gandules de
parque hablan de la situación laboral,
hacen reír al
chino del 24 h al que van a comprar.
Tumbado al sol de
la literatura,
viendo cómo crece
la cultura,
en un mundo que
no sé qué pasa,
que cambia un
abrazo por un icono del whassup.
La conocí de
forma inconsciente,
así fue como me
hice creyente,
en un mundo tan
igual,
nunca nadie tan
diferente.
Y si te empiezo a
tocar en prosa,
y acariciarte en
asonante,
a susurrarte al
oído que eres mi estrofa más alucinante,
si empiezo a
tocarte en prosa y te acaricio en verso,
no sé qué puede
hacer el momento más intenso,
La vida son
detalles,
un saludo en
medio de una calle,
cosas que merecen
la pena,
un café con
Elena,
No quiero una
casa con vistas al mar,
ni un barco de
lujo, de toma y rasca,
si puedo cerrar
los ojos
y sentir el agua
en mis manos,
en playas de
Gata,
recuerdos preciados,
que salen por mis
costados.
Nadie puede
entender mi constancia,
mi cariño y mi
insistencia,
y es que mi
estancia en Almería,
mi infancia,
hacen que tenga
sentido mi existencia.
Y es lo que pasa
en esta vida de prisas,
algunos días
disgustos y otras sonrisas,
y yo con la vida
del alma caducada,
buscando el aval
en la mirada de una chica enamorada.
La compañía es
una pasada,
una tarde café
pasándose de frenada,
un vaso entre
risas que conocen a carcajadas,
la mirada en una
baraja que está marcada.
Y así es como
compongo,
me quito los cascos,
interrumpo los
clásicos,
dejo que sea
fantástico,
como se mezcla mi
inspiración y mi cuaderno,
y veo hacer el
amor a mi silencio en invierno,
la tinta se queda
impresa en la mente,
y hace que la
gente corriente,
lo convierta en
eterno.
Es mi recompensa
a noches de insomnio,
el aplauso del
actor tras el telón,
el grito de ira
en la habitación,
que sale de lo
más profundo,
fuera de las paredes
de este manicomio,
que llaman mundo.
Pillado como una
horquilla,
no nado tanto
para quedarme en la orilla,
se mató por un
futuro que en su vitrina brilla,
donde te mira a
través de la escotilla.
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