Una ficha de apuestas sobre la mesa,
el humo de un cigarro que crea una nube espesa,
aposté al rojo para ganar mi alma,
la ruleta giró en contra en nombre del karma.
Vivan las Vegas si recuperas lo apostado,
no toques esas cartas que están llenas de maldad,
pues te coserán a patadas los de seguridad,
haciéndotelo pagar al contado.
Y no hay encaje de ropa interior que quiten el tequila de mi cabeza,
en la barra no queda ya mas cerveza,
demasiada resaca de una vida de exceso,
una y otra boca que recitan en beso.
Vida extrema y rápida como Kurt Cobain,
con mas ostias en el alma que Cassius Clay,
ya no llora alcohol que limpie sus venas,
no puede soportar mas dolor sobre sus piernas.
La bala perdida que se disparó al aire,
está cubierta de oro a pesar de ser un don nadie,
el chico sin pareja del baile,
el chico con corazón de cordero y apariencia de Rottweiller.
