miércoles, 3 de abril de 2013

ESCASEZ DE JUGADORES..........


Certero,
otra vez los mismos sucesos,
miedo como el portero,
que tiene delante al 10 de los presos.

Tetas de plástico tostándose al sol,
de vicio rápido como Usain Bolt,
y es verdad que acabamos con la naturaleza,
cazad como si fueseis de la realeza.


Camisetas de Nba en cuerpos ciclados,
no saben si Jordan tenía pelo o si estaba rapado,
gandules de parque hablan de la situación laboral,
hacen reír al chino del 24 h al que van a comprar.

Tumbado al sol de la literatura,
viendo cómo crece la cultura,
en un mundo que no sé qué pasa,
que cambia un abrazo por un icono del whassup.

La conocí de forma inconsciente,
así fue como me hice creyente,
en un mundo tan igual,
nunca nadie tan diferente.

Y si te empiezo a tocar en prosa,
y acariciarte en asonante,
a susurrarte al oído que eres mi estrofa más alucinante,
si empiezo a tocarte en prosa y te acaricio en verso,
no sé qué puede hacer el momento más intenso,

La vida son detalles,
un saludo en medio de una calle,
cosas que merecen la pena,
un café con Elena,

No quiero una casa con vistas al mar,
ni un barco de lujo, de toma y rasca,
si puedo cerrar los ojos
y sentir el agua en mis manos,
en playas de Gata,
recuerdos preciados,
que salen por mis costados.

Nadie puede entender mi constancia,
mi cariño y mi insistencia,
y es que mi estancia en Almería,
mi infancia,
hacen que tenga sentido mi existencia.

Y es lo que pasa en esta vida de prisas,
algunos días disgustos y otras sonrisas,
y yo con la vida del alma caducada,
buscando el aval en la mirada de una chica enamorada.

La compañía es una pasada,
una tarde café pasándose de frenada,
un vaso entre risas que conocen a carcajadas,
la mirada en una baraja que está marcada.

Y así es como compongo,
me quito los cascos,
interrumpo los clásicos,
dejo que sea fantástico,
como se mezcla mi inspiración y mi cuaderno,
y veo hacer el amor a mi silencio en invierno,
la tinta se queda impresa en la mente,
y hace que la gente corriente,
lo convierta en eterno.

Es mi recompensa a noches de insomnio,
el aplauso del actor tras el telón,
el grito de ira en la habitación,
que sale de lo más profundo,
fuera de las paredes de este manicomio,
que llaman mundo.

Pillado como una horquilla,
no nado tanto para quedarme en la orilla,
se mató por un futuro que en su vitrina brilla,
donde te mira a través de la escotilla.