jueves, 31 de diciembre de 2015

SE NOS ACABA EL 2015, GRANDE 2016

Que si Pablo Iglesias, Rajoy, Sánchez, Rivera o Garzón,
este año estuvo bien el barça, pero siempre será blanco mi corazón,
el mundo dejó de parecer una comparsa,
cuando el de facebook se desprendió de más de un millón,
y lo sabían hasta en la NASA,
que en Venezuela, se avecinaba revolución.

Je suis París allá donde vaya,
Je suis también ese niño sirio muriendo en la playa,
Je suis el refugiado huyendo de la tierra que ha amado tanto,
Je suis esas manos negras sin vida por el disparo de un policía blanco.

Y fuera el postureo, que vuelva lo de antes,
saludos a las trinitarias que enterraron al genio Cervantes,
si es que ave que no vuela a la cazuela,
siempre gana un pueblo maduro, mis felicitaciones Venezuela.

Selfie, la palabra que mas se ha repetido,
fuera una Siria que huele a exilio,
fuera las dictaduras que te dejan frío como el hielo,
fuera un París con aroma a miedo.

Este año al igual que en otros,
me da pena por ese joven del que se ríen los políticos,
que dan ostias a ideales dejando en casa su voto,
cuando están sufriendo estados críticos.

Gente haciendo el amor al móvil como en una porno,
abrimos cada año la capa de ozono,
beberé vino de la toscana mientras me como las uvas,
por fin entra la libertad, por la ventana de Cuba.

No todo va a ser malo,
coge tu copa, seas novia, amigo, padre o hermano,
la cuenta atrás comienza,
habrá cosas buenas en 2016, que nadie se me pierda:

Una uva por mi familia con orgullo y esmero,
luchan 365 días por la misma causa, darme un futuro próspero.

Dos, del tirón y sin hueso,
por quien me rompió el corazón y sobre quien me lo recompondrá con un beso.

Tres, por esos amigos insistentes y por irnos de desfase,
que son el ancla cuando la suerte tiene faltas por no ir a clase.

Cuatro, por el esfuerzo en las metas que tanto te hacen crecer,
gracias mundo por ese dolor que se convierte en el mejor placer.

Cinco, por los que no están en este mundo,
porque no se han ido nunca de lo mas profundo.

Seis, por la rutina y por lo bueno que se esconde,
se quedará en nuestra retina todo aquello que la rompe.

Siete por los granos de arena que se convierten en montañas,
por esos amigos y familia que tienes dentro y fuera de España.

Ocho, por mis oídos que escuchan buena música,
por alegrarme el día, cuando el mundo me tapa la vista con una túnica.

Nueve, diez, once, doce, que las uvas se acaban,
por el andaluz, el argentino, el extraterrestre, el maño,
por el amor que no entiende de hipocresía, por el amor, por el sexo, por la tuya, por la mía,
misma persona, mismo formato, mi amante la poesía,
para mi gente, este es mi recuento del año, déjense invadir por la alegría.

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